Detrás de la revolución de la IA, una clase baja de trabajadores ha crecido, invisible para la mayoría de nosotros: miles de personas con bajos salarios en los Estados Unidos y en todo el mundo que analizan cuidadosamente millones de datos e imágenes, ayudando a completar algoritmos de IA poderosos. Los críticos los llaman "nuevos siervos".
Por qué es importante: estos trabajadores, personas que marcan los datos para que las computadoras puedan entender lo que están viendo, comenzaron a atraer el interés de los investigadores sociales y otros expertos. Los últimos dicen que estos "garabateadores" pueden explicar al menos parcialmente el enigma de la desigualdad de ingresos estadounidense, y tal vez cómo resolverlo.
Contexto: creemos que la IA lo sabe todo, pero no es del todo cierto. La IA en máquinas autónomas, por ejemplo, basada en sensores, puede tomar imágenes fantásticamente detalladas de calles y reconocer peligros de todo tipo. La IA puede alimentar cualquier situación de manejo, y puede manejarlo. Pero las empresas que desarrollan tecnologías de conducción autónoma necesitan que las personas digan qué está mirando la IA: árboles, señales de alto o cruces peatonales.
- Sin marcado humano , la IA es estúpida y no puede distinguir una araña de un rascacielos.
- Pero esto no significa que las empresas paguen dinero a los buenos garabateadores. De hecho, se les paga como los trabajadores peor pagados.
- Las compañías estadounidenses afirman que pagan entre $ 7 y $ 15 por hora por dichos trabajadores. Y, aparentemente, este es el límite superior de pago: estos trabajadores se sienten atraídos por las plataformas de crowdsourcing. En Malasia, por ejemplo, pague un promedio de $ 2.5 por hora
La visión es más amplia: los ganadores son compañías de inteligencia artificial, la mayoría de las cuales se encuentran en los EE. UU., Europa y China. Los perdedores son trabajadores de países ricos y relativamente pobres a quienes se les paga poco.
Cómo gestionan las empresas a los creadores de marcas: Nathaniel Gates, director de Alegio, una plataforma de crowdsourcing con sede en Texas, dice que su empresa reduce deliberadamente el trabajo a las tareas más simples y rutinarias posibles. Y si bien esto reduce las posibilidades de que los trabajadores mejoren sus habilidades y obtengan un salario más alto, Nathaniel Gates afirma que al menos "abren las puertas que antes les estaban cerradas".
- “ Estamos creando trabajos digitales que antes no existían. Y los muchachos vienen a estos lugares, a quienes la automatización ha suplantado de granjas y fábricas ”, dijo Gates a Axios.
Sin embargo, algunos expertos dicen que tales prácticas crean desigualdad en la economía de IA.
- En un nuevo libro , Phantom Work, Mary Gray y Siddharth Suri de Microsoft Research argumentan que los trabajadores de marcado son una parte prominente de los sectores más dinámicos de la economía.
- "Los economistas aún no han descubierto cómo valorar este mercado", dice Gray Axios. "Evaluamos el trabajo como bienes duraderos (que se benefician con el tiempo, ed.), Pero en realidad es una mente colectiva, ahí es donde está el valor central".
James Cham, socio del fondo de capital de riesgo Bloomberg Beta, cree que las compañías de inteligencia artificial están jugando la diferencia entre los bajos salarios de los garabateadores y las enormes ganancias a largo plazo de los productos que provienen de este trabajo.
- "Las empresas obtienen beneficios a largo plazo, mientras que a los trabajadores se les paga solo una vez. Se les paga como siervos, pagando solo un salario digno. Y los propietarios obtienen todas las ganancias porque el sistema está tan organizado", dijo Cham a Axios.
- "Esta es una gran especificación"
Qué sigue: Gray dice que el mercado en sí no puede aumentar los salarios de los trabajadores que marcan los datos.
- En una era en la que las reglas políticas y económicas obsoletas no funcionan, y las sociedades se desgastan, los expertos deben determinar cuáles deberían ser los ingresos de dichos trabajadores.
- Lo que se le paga a la gente es "una cuestión de moralidad, no solo de economía", concluye Gray.
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Traducción: Vyacheslav Perunovsky
Edición: Alexey Ivanov / ponchiknews
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