El Pentágono desarrolla tecnología de control de drones con los pensamientos de los soldados.



Controlar una computadora o un robot con la ayuda del pensamiento es una idea que muchos científicos han estado intentando realizar durante muchos años. Esta es una tarea difícil, por lo que todavía no hay "interfaces de pensamiento" confiables.

Ahora el Pentágono está tratando de crear su propia tecnología de control de pensamiento de dispositivos: estamos hablando de drones. Seis equipos de investigación están trabajando en esta compleja tarea. Y es más complicado de lo que parece, ya que en la final el Pentágono planea obtener "una tecnología que le permita controlar drones y enjambres de aviones, que operen con la velocidad del pensamiento y no con controladores mecánicos".

Para implementar la tecnología, se está desarrollando una neurointerfaz no invasiva bajo el programa de Neurotecnología no quirúrgica de próxima generación . Sus creadores planean aprender a controlar dispositivos con la ayuda del pensamiento sin la necesidad de conectar algo al cerebro humano a través de la cirugía.

Seis equipos diferentes recibieron contratos del Pentágono para el desarrollo de la tecnología en cuestión y lograron su objetivo de diferentes maneras. Entonces, un equipo de la Universidad Carnegie Mellon está tratando de crear una plataforma de control de drones basada en señales eléctricas y ultrasónicas de una neurointerfaz no invasiva. La Universidad Johns Hopkins está explorando el uso de la radiación infrarroja.

La creación de tales sistemas plantea una serie de preguntas. Por ejemplo, ¿qué sucederá si un soldado piensa y maneja un dron y da un comando de pensamiento erróneo que ya se usará? ¿O qué pasa si el enemigo captura la interfaz neuronal y comienza a controlar los drones desde su lado?

En esta situación hay mucho "¿y si?", Pero prácticamente no hay respuestas. Los militares, si quieren crear una interfaz neuronal confiable, tendrán que resolver muchos problemas que surjan, y no solo de naturaleza tecnológica.


Esta foto muestra a un hombre paralítico que recibió un implante en 2014. Ahora los científicos están tratando de aprender a leer correctamente las señales cerebrales para no tener implantes en el futuro.

Las operaciones de este tipo son extremadamente complejas, además, también son muy caras. Entonces, si los militares quieren crear un súper soldado, y no solo uno, sino todo un ejército, deberán buscar una oportunidad sin intervención quirúrgica.

La dificultad es que para algunas acciones humanas son responsables las señales eléctricas muy débiles en el cerebro. Tan débil que en el pasado reciente ni siquiera podían ser contados. Pero ahora la tecnología está avanzando, por lo que es posible registrar el electroencefalograma cerebral con mucha más precisión que antes.

Los equipos de científicos en cuestión registran las señales generadas por las células nerviosas, cuya duración es de 10 microsegundos.

La tarea de desarrollar una interfaz no invasiva fue formulada por el Pentágono en 2016. El proyecto ha sido manejado desde el principio por la Agencia de Investigación y Desarrollo de Defensa Avanzada (DARPA). La Oficina ha asignado una subvención multimillonaria a varias instituciones científicas. Todos ellos trabajan en diferentes direcciones, como se mencionó anteriormente.



En cuanto a la interfaz invasiva, la compañía Ilona Mask Neuralink ha logrado un éxito impresionante en esta área. En una presentación en San Francisco, la compañía mostró "hebras" flexibles, cada una de 4 a 6 micras de grosor, aproximadamente 16 veces más delgadas que un cabello humano. El "paquete" de seis neuronas contiene 192 electrodos que se implantan en el cerebro mediante un robot cirujano. Durante la operación, el cirujano intenta evitar la interacción con los vasos sanguíneos, lo que minimiza los procesos inflamatorios.

Los representantes de Neuralink realizaron varias docenas de pruebas exitosas, 19 de ellas en ratas. En el 87% de las operaciones en el cerebro de las ratas fueron exitosas. En la presentación, se mostró una rata con un puerto USB-C en la cabeza. Hasta donde se puede juzgar, la compañía Mask recibió mucho más dinero que el Pentágono asignado para la investigación.

Sea como fuere, el desarrollo de interfaces neuronales avanza gradualmente, el progreso es notable. Es muy posible que en unos años una de las empresas u organizaciones de investigación presente desarrollos más avanzados que los que vimos antes. Y entonces la singularidad se acercará mucho más a nosotros. Mientras tanto, ella todavía está en algún lugar por ahí.

Source: https://habr.com/ru/post/472996/


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