Se explica la aparición de una extraña señal de luz en un par de agujeros negros de conexión.


Una simulación que ayuda a explicar la aparición de una señal de luz cíclica en un par de agujeros negros fusionados PG 1302-102 ubicados en una galaxia a 3.500 millones de años luz de distancia de nosotros.

Unidos por la gravedad y condenados a fusionarse, dos probables agujeros negros en una galaxia distante y distante resultaron estar encerrados en una danza compleja. Los investigadores, utilizando el telescopio espacial en órbita GALEX y los datos del telescopio Hubble, encontraron evidencia convincente de la existencia de dos agujeros negros conectados y encontraron nuevos detalles sobre la aparición de una extraña señal de luz que emana de ellos.

A principios de este año se descubrió un sistema probable de dos agujeros negros supermasivos, llamado PG 1302-102 y previamente identificado como un quásar, utilizando telescopios terrestres. Dos agujeros negros giran uno alrededor del otro a una distancia relativamente pequeña, un poco más grande que el diámetro del sistema solar. Se espera que se fusionen en menos de un millón de años, mientras emiten un destello de una cantidad gigantesca de energía, comparable a 100 millones de supernovas.

Tales pares son de interés para los investigadores que estudian el proceso de fusión de galaxias y enormes agujeros negros ubicados en el centro de sus núcleos. PG 1302-102, uno de los pocos candidatos más probables para la existencia de un doble agujero negro, fue descubierto a principios de este año por investigadores de California que estudiaron cuidadosamente la emisión de luz que emana del centro de la galaxia. Los investigadores que usan el telescopio CRTS han demostrado que una señal de luz cíclica puede ser el resultado de la interacción de dos agujeros negros que giran uno alrededor del otro con un período orbital de 5 años. Cabe señalar que los agujeros negros en sí mismos no emiten luz, pero el material gira a su alrededor, sí.

Utilizando datos de los telescopios GALEX y Hubble, los científicos pudieron encontrar evidencia de confirmación de la existencia de este sistema. Estudiaron datos sobre la radiación ultravioleta en los últimos 20 años y analizaron la naturaleza cíclica de los cambios en el flujo luminoso del sistema.
Uno de los agujeros negros en el par es mucho más grande que el otro. Absorbe más materia que su compañero, y este proceso calienta el ambiente, haciendo que brille más fuerte que un agujero negro más pequeño. El período de revolución de estos agujeros negros es de 5 años, respectivamente, cada 5 años, se puede observar un cambio en el brillo. Además, el brillo está influenciado por la gran velocidad del agujero negro, aproximadamente el 7% de la velocidad de la luz. A tales velocidades, un cambio en el flujo de luz se hace notable cuando se mueve en relación con el observador.

La existencia de dicho sistema brinda a los científicos buenas oportunidades para buscar la confirmación de la teoría de las ondas gravitacionales de Einstein, oscilaciones del espacio de tiempo que se predijeron hace unos 100 años. Los datos obtenidos también pueden aclarar el proceso de fusión de los agujeros negros, un fenómeno bastante común tanto en el universo temprano como en el actual, pero aún poco estudiado.

Source: https://habr.com/ru/post/es384335/


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